“No siento temor, yo sé bien que en mi alma estas, tú, yo eterna canción, yo te llevo en el alma, mi alma te seguirá “, fragmento de la canción “Mi corazón seguirá latiendo” escrita por James Horner la cual se hizo viral en el año 1997 por ser la banda sonora de la película Titanic; La trama, una epopeya romántica que todavía recordamos 24 años después.
Hoy 18 de marzo las familias se rencuentran, el amor tiene un valor más significativo y real, las amistades perduran ante la problemática mundial, los gobiernos luchan contra la corriente por salvaguardar la vida, algunos se benefician y utilizan esta crisis para intereses propio y los medios de comunicación alertan ante el (COVID-19). El Titanic se está hundiendo, el titanic de la vida.
En mi escritorio reflexiva y consiente de la situación, sin alertarme, sin producir pánico o zozobra, y esta ultima una palabra que deriva el latín y que puede traducirse como “hundimiento”, hundimiento ante el egoísmo de los continentes, egoísmo por los habitantes de calle, egoísmo por las personas LGBTI en vulneración, egoísmo por la niñez que están esperando un plato comida de lo que llevan sus padres del día a día, egoísmo por la naturaleza y sobre todo por los animales que no enseñan más que el ser humano en época de crisis, la salud no es un negocio.
Las muertes en el mundo se acercan a las 8.000 y seguirán, las diferentes clases sociales intentan salir adelante pese a las adversidades, jamás imaginé que los abrazos y los besos fueran un arma, un arma que utilicé hace unos días saliendo almorzar con aquella persona en la fría Bogotá, tu y yo estamos siendo testigos de la pandemia mundial.
¿Que nos queda? ¿Qué harán los gobiernos? ¿Cuántas vidas se hundirán? Son interrogantes que nos hacemos, en Colombia hasta el momento van 93 casos confirmados, medidas como el toque de queda está a la deriva por decretarse, noticias falsas circulan en Internet afirmando que la World Health Organization (WHO) recomienda a todos los países declararse en cuarentena o que ya se encontró la cura. El barco (COVID-19) presenta una amenaza sin precedentes , una ocacion para reestrocturar nuestras indiferencias, nuestros prejuicios , tiempos de cicatrizar y dejar el ego a un lado y pensar en la humanidad.
-“ La familia, la sociedad, la cultura, nos pone en un molde; cuando nos salimos del molde, empieza la curación y, no solo eso: hay que hacer algo que nunca haya hecho uno y mirentras más dificil, mejor,”- Alejandro Jodorowsky